​ Duelo complicado y depresión

El duelo es una respuesta natural ante la pérdida, una experiencia emocional, cognitiva y corporal que nos permite adaptarnos a la ausencia de alguien o algo significativo. Sin embargo, cuando el proceso se prolonga o se vuelve rígido —impidiendo la adaptación a la vida cotidiana o generando sufrimiento intenso— hablamos de duelo complicado. En estos casos, la persona puede quedar atrapada en una especie de “presente congelado”, reviviendo la pérdida sin poder integrarla emocionalmente.

Aunque cada duelo es único, suelen identificarse etapas que ayudan a comprender el proceso:

1. Negación: dificultad para aceptar la pérdida.
2. Ira: sensación de injusticia o resentimiento.
3. Negociación: intento de revertir o mitigar la pérdida (“si hubiera hecho…”).
4. Depresión: dolor profundo y confrontación con la realidad de la ausencia.
5. Aceptación: integración emocional y apertura a una nueva manera de vincularse con la vida.

Estas fases no son lineales: pueden entrelazarse, repetirse o expresarse de formas diferentes según la historia de cada persona.

No hay un tiempo “normal” para elaborar un duelo, pero cuando los síntomas se prolongan más allá de los 12 meses (6 en el caso de niños y adolescentes), con un impacto funcional significativo, puede tratarse de un trastorno de duelo prolongado. En esos casos, la persona necesita apoyo especializado para poder procesar la pérdida, resignificar el vínculo y recuperar el equilibrio emocional.

El duelo y la depresión comparten síntomas (tristeza, llanto, insomnio, pérdida de energía), pero se diferencian en el foco emocional:

– En el duelo, el dolor se centra en la pérdida del ser querido y suele alternar con momentos de conexión, memoria y amor.
– En la depresión, el malestar se generaliza y se asocia a una pérdida del sentido vital y la autoestima.

Además, en la depresión suele predominar una visión pesimista de uno mismo y del futuro, mientras que en el duelo la tristeza está más dirigida hacia la persona ausente.

La psicoterapia del duelo busca acompañar el proceso emocional, facilitando la expresión, la comprensión del vínculo perdido y la reconstrucción del sentido. El trabajo terapéutico puede incluir:

– Identificar bloqueos o defensas frente al dolor.
– Explorar el significado de la pérdida y su lugar en la historia personal.
– Promover la conexión con los recursos internos y externos.
– Favorecer una reorganización del vínculo, transformando la presencia física en una presencia simbólica.

El objetivo no es “olvidar”, sino integrar la pérdida en la narrativa vital y poder vivir nuevamente con apertura y esperanza.

En Florecimiento Humano contamos con un equipo de psicólogos especialistas en duelos complicados y depresión. Reserva ya tu cita para una sesión online.