“Si nuestra mente se ve dominada por el enojo, desperdiciaremos la mejor parte del cerebro humano: la sabiduría, la capacidad de discernir y decidir lo que está bien o mal.”

Dalai Lama

La ira es uno de los principales motivos del sufrimiento humano. Influenciados por ella podemos matar, ofender y agredir de múltiples formas; es el fundamento de la violencia en nuestro género, así como del odio y muchas emociones complejas más. A menudo uso una metáfora con mis clientes cuando hablamos sobre la ira: la metáfora del alcohol. Creo útil representar el enfado como un estado de toxicidad similar al que experimentamos cuando estamos ebrios: Nubla nuestro juicio y nos conduce a acciones erráticas, se mantiene en nuestro cuerpo hasta que lo expulsemos y en caso de que no lo hagamos nos enferma, es difícil de ocultar porque “huele” a distancia, etc. Todas estas características de la ebriedad aplican también para el enojo. La rabia, como todas las emociones, en su base biológica es un cocktail químico que al desatarse en nuestro cuerpo nos “embriaga” rigiendo nuestro raciocinio, la manera en que percibimos los estímulos y en que subsecuentemente actuamos. Hay datos que indican que podemos tardar 8 horas en estabilizar nuestro sistema totalmente tras la liberación de los neurotransmisores y hormonas de la ira. Así, hablar de toxicidad cuando hablamos de la rabia, parece tener sentido.

En este post me gustaría proponer algunas herramientas que son útiles para hacer la desintoxicación requerida cuando estamos presas del enfado, para que podamos recuperar la “sobriedad” y decidir cursos de acción con una mente clara y despejada.

Sea un enfado puntual o sea un estado que se ha cristalizado en nosotros en forma de resentimiento y rencor, aquí encontrarás algunas claves para lidiar con ello:

1. No enfadarse: La ira es una emoción de raíces fuertes y difíciles de arrancar, así que la primera recomendación es intentar evitarla. Mantener altos nuestros niveles de serotonina ayuda a prevenir y combatir el enfado. La serotonina es el neurotransmisor de la felicidad, la tanquilidad y la calma. Tener en nuestra vida actividades que propicien dichos estados, tales como la meditación, el yoga, el tiempo compartido con amigos queridos o con nuestras mascotas, ayuda a que nuestros niveles serotoninérgicos estén elevados. También el chocolate es un aliado en este propósito.

2. Escribir: si no lo hemos podido prevenir y el enfado ha llegado, hemos de sacarlo. La rabia ha de eliminarse para que volvamos a estar sobrios, tal como el alcohol debe eliminarse con la orina o el sudor. En caso de no hacerlo, el malestar es creciente y puede conducir a que enfermemos. Una forma en que podemos sacar nuestro enfado es escribiendo cartas que no entregaremos. Las cartas deben ser sinceras y sin sin censura, esa es la consigna. Todo lo que sintamos y pensemos es válido, nuestros peores deseos, nuestros reclamos más viles; todo vale y es necesario escribirlo. Varias cartas pueden ser necesarias, tal como en ocasiones requerimos ir varias veces al lavabo para que se nos pase la borrachera. También es recomendable que, si quieres, pongas un cojín frente a ti que represente simbólicamente a tu interlocutor y leas las cartas en voz alta,  gritando, golpeando, llorando o haciendo lo que necesites con el cuerpo y la voz.

Es importante notar que esta es una técnica de desintoxicación, es útil para que saques la rabia de tu sistema y luego, con mente más clara, puedas discernir mejor, igual que al día después puedes reflexionar con otra luz sobre las acciones que hiciste borracho. No obstante, estas cartas o acciones teatrales no remplazan las posibles conversaciones que debas tener con tu interlocutor. Al contrario, te preparan para que puedas llevarlas a cabo en paz, con argumentos sensatos, sólidos y fieles a ti mismo/a.

3. Respirar: Antes, después o durante un enfado puedes focalizar tu mente reconociendo los pensamientos, sensaciones y emociones involucradas, sin juzgarlas ni aferrarte a ellas, y respirar exhalando con fuerza y por la boca como si las expulsaras. Inhala profunda y lentamente, y luego exhala con potencia soltando. 3-5 minutos de esta respiración, pueden ayudar a estabilizar tu amígdala que se ha activado y promover la calma.

4. Cantar, pintar, bailar: Los medios artísticos son muy útiles para dar una vía de salida creativa a nuestras emociones. La rabia no es una excepción. Canciones, novelas, poemas, danzas  cuadros, se han creado con el motor de la rabia. Si estás enfadado, ¡crea! y transforma tu rabia en dirección, propósito, asertividad y acción.

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