Me gustaría que por un momento te pensaras como el personaje de una novela, con todos tus atributos y tus defectos. Descríbete a ti mismo. ¿Cómo eres? ¿Qué te motiva? ¿Cuáles son tus deseos y preocupaciones? ¿Tus éxitos y tus dolores? Dale forma al personaje.  Ahora quiero que imagines qué historia es la que se está narrando contigo como personaje principal. ¿Quién rige el mundo en el que ocurre tu historia? ¿Cómo es el inicio y cómo la trama? ¿Qué otros personajes principales te acompañan? ¿Hay antagonistas? ¿Y aliados?

Una lectura que se puede hacer sobre las causas del sufrimiento de las personas es que no están viviendo la vida que en plena libertad sería auténticamente coherente con ellos, no están viviendo su historia. Son quijotes viviendo en Crepúsculo, o Gregorios Samsa intentando ajustarse a Harry Potter. A veces están viviendo como personajes secundarios de la novela de otro -una pareja o un padre, por ejemplo- o han cedido su poder a una historia comunitaria en donde sus propias ideas y pareceres son fagocitados por aquellos de un líder, un ideal o un credo.

Algo que encuentro muy fascinante de los procesos de desarrollo es que en ellos se va ganando la valentía para descubrir  cuál es el argumento de nuestra historia, así como el permiso para ser plenamente el héroe/heroína dentro de ella. Para esto es necesario limpiarnos de preconceptos que hemos aprendido sobre cómo debemos forjarnos a nosotros mismos, se requiere que desaprendamos una serie de definiciones que encorsetan nuestra libertad,como por ejemplo la de lo que es un buen hijo o un buen padre, un profesional exitoso o fracasado, un buen amante, un buen tramposo, una buena mujer, un buen hombre, un…. Si nos permitimos observar estos conceptos puede ocurrir que en algunos casos los revaluemos o nos demos cuenta que los hemos tomado prestados de nuestra familia, cultura, u otros, pero que no son nuestros y no queremos vivir en función de ellos. Es entonces cuando comienzan a ocurrir los cambios visibles que buscan ajustar el personaje que hemos descubierto que somos con la historia vivida: Gregorio Samsa en la Metamorfosis, Don Quijote con Sancho Panza y Dulcinea, desafiando a los molinos de viento, etc.

Si en tu vida hay alguna situación que te causa un sufrimiento constante (una relación de pareja que no funciona, un trabajo que te agota, un don que no ve la luz, e.g.), vale la pena que te hagas la pregunta: ¿De qué va tu vida? Si ves que estás en la historia equivocada, quizá sea hora de cambiar de libro.

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