Una pregunta que con cierta frecuencia hago a los pacientes que vienen con baja sensación de satisfacción con la propia vida, es ¿qué tan a menudo conectas con un sentido superior en las cosas que haces en tu día a día? Con frecuencia la respuesta es que esto ocurre poco; incluso a veces, la estupefacción de no estar en contacto con dicho sentido nunca da pié al recorrido del héroe que es el proceso psicoterapéutico.
Varios autores tanto en la filosofía como en la psicología han destacado la importancia de darle sentido a nuestra vida y a nuestras acciones cotidianas para poder mantenernos en la vida sin desfallecer cuando hay retos importantes. Muy famoso entre ellos, Vicktor Frankl relata en su libro El hombre en busca de sentido cómo durante sus estancia en campos de concentración observó que la conexión con el sentido era un factor decisivo a la hora predecir quién se sobrepondría a la barbarie. Más recientemente, diversas investigaciones han concluido que encontrar un sentido superior en nuestra vida tiene importantes efectos sobre nuestro bienestar general y la sensación de satisfacción con la vida.
No obstante, esta no es siempre una tarea fácil, más aún en nuestro día a día. Incluso cuando conocemos nuestros valores y motivaciones profundas, en nuestra cotidianidad no solemos  tener el hábito de encontrarlos y verlos reflejados en nuestras tareas mundanas. Estos nos mantienen en la superficialidad de ellas, haciéndolas aburridas, rutinarias o incluso estresantes y detestables.

Para ayudarnos a cultivar la sensación de alineación con nuestro propósito en nuestro entorno diario, quisiera remitiros una práctica de una semana de duración sugerida por el Greater Good Science Centre de la Universidad de Berkeley: Tomar fotografías llenas de sentido.
La práctica:
Paso 1. Encontrar el tiempo. Destina una semana para realizar este experimento, al final de la cual debes poder contar con una hora de tu tiempo, completa y sin interrupciones para realizar el Paso 4.
Paso 2. Fotografiar. Cada día de la semana escogida toma entre 9 y 12 fotos (puede ser con el móvil) de personas, lugares, objetos, mascotas, plantas o eventos que den sentido a tu vida o hagan que esta tenga un propósito. Si a tu mente vienen algunos protagonistas que te gustaría fotografiar (como una mascota que no tienes cerca, o un amigo que vive lejos), puedes tomar fotografías de suvenires, recordatorios, otras fotos, o cualquier objeto que te conecte con ellos.
Paso 3. Recolectar. Al terminar la semana, descarga tus fotos en un ordenador o revélalas.
Paso 4. Valorar. Con todas tus fotos disponibles, toma tu tiempo para mirarlas y reflexionar sobre cada una de ellas haciéndote la pregunta siguiente: ¿Qué representa esta foto y por qué está dotada de sentido para mi?
Espero que esta práctica sea gozosa y os suscite la creatividad. ¡Gracias por dejaros inspirar!

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