En una conferencia que dio en Barcelona en 2012, el doctor Deepak Chopra reveló algunos datos que para mí fueron muy impactantes. Él sostiene que los mejores momentos de nuestra vida involucran la presencia de otra persona, principalmente, de hermanos y parejas cuando estos están saludables (mental y físicamente) y llevan una vida equilibrada y activa, cultivando la alegría. La propuesta de Chopra es que incluso si la interacción es superficial, es más beneficiosa que la soledad para nuestro bienestar general; por ejemplo, plantea que hacer ejercicio es siempre bueno para nuestra salud, pero lo es mucho más si éste es compartido, por ejemplo en deportes grupales.

Chopra apoya su idea en que con la interacción hay zonas y estructuras de nuestro cerebro que se desarrollan sólo en compañía. Por ejemplo, las neuronas espejo, esas células cerebrales que nos permiten la empatía y el aprendizaje por imitación, se activan en el contacto con otros, observándoles y compartiendo con ellos. Consecuentemente, hay una segregación de neurotransmisores y hormonas, correspondiente con aquello que nuestro cerebro está espejando. Entonces se hace evidente la importancia de la calidad de las relaciones y de los contextos de los que nos rodeamos, pues esta comunicación metacognitiva que se entabla con ellos está presente siempre.

Si esto es así, el impacto que nuestras relaciones tienen en nuestra felicidad es muy alto. Se hace importante no sólo cuidar los vínculos que establecemos, sino convertirnos nosotros mismos es una buena compañía, en una buena pareja, buen hermano y buen amigo (bajo los estándares de “bueno” que cada uno entendamos por ello, pero honestamente con nosotros y sin trampearnos). Cada uno tenemos un baremo interno de lo que para nosotros significa una relación saludable; el compromiso de establecer nexos que se correspondan con ello de ambos lados de la cuerda será vital para nuestra salud emocional.

La sugerencia de Chopra es muy interesante, sobre todo para las personas introvertidas que necesitamos tanto la soledad para recargarnos y que pasamos tan buenos ratos con un libro o el ordenador. Un punto a favor para los introvertidos que no nos vemos jugando al basketball, es que en general, la profundidad de los vínculos con personas introvertidas es mayor. No obstante, será importante para estas personas cuidar la asiduidad de sus interacciones y nutrirse del contacto con otros, desafiando la fantasía de que por su cuenta consiguen suplir todas sus necesidades. Por el otro lado, para las personas extrovertidas que por lo general tienen bastante contacto porque son hábiles para buscarlo y disfrutan de ello, el reto será aprender también a estar consigo mismos para balancear la pluralidad de relaciones con un espacio para sí.

Entonces: Si escaneas tu red de contactos ¿Cuáles son tus buenas compañías? ¿Qué relaciones te nutren y te dan bienestar y cómo podrías potenciarlas? ¿Con qué personas desearías tener un contacto más regular? ¿Qué tiempos de soledad quieres comenzar a destinar a los contactos sociales o viceversa? y ¿Cómo te gustaría que fuera tu mapa de red (ese dibujito donde poner todas tus personas allegadas de las más íntimas a las menos, organizándolas en círculos concéntricos) en un año, en 5 o en 10?

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