En consulta, muchas personas expresan inquietudes sobre qué es amarse a uno mismo y qué es el amor propio. Con frecuencia se parte de la idea —muy arraigada en nuestra cultura— de que el amor propio es equivalente a la autoestima. Sin embargo, dentro de la psicología budista, una de las cualidades esenciales a cultivar es la autocompasión, un concepto que, aunque relacionado, difiere de la autoestima.
¿Qué es el amor propio?
Según el diccionario de la RAE, autoestima es la “valoración generalmente positiva de sí mismo”. La autocompasión, en cambio, no aparece definida como tal, aunque la palabra compasión se describe como el “sentimiento de conmiseración y lástima hacia quienes sufren penalidades o desgracias”. En el marco budista, esta visión se amplía: la compasión implica ponerse en el lugar del otro y despertar un deseo genuino de ayudar, que se traduce en acción. No necesariamente implica lástima o piedad, sino una conexión empática, aceptante, altruista y amable frente al sufrimiento. La autocompasión es este mismo proceso, pero dirigido hacia nosotros mismos y nuestro propio dolor.
¿Por qué es tan difícil quererse a uno mismo?
Cuando equiparamos el amor propio con la autoestima, lo reducimos a una evaluación mental positiva: pensar bien de nosotros mismos. Este enfoque limita el amor propio a un juicio mental que puede variar según nuestros logros, fracasos o la aprobación externa.
En cambio, la autocompasión nos invita a una apertura del corazón hacia nosotros mismos, que no depende de juicios, sino de la presencia y el cuidado incondicional. Esto puede resultar difícil porque implica mirar de frente nuestro dolor, dejar de lado la autocrítica y romper con patrones culturales que asocian valor personal con éxito o imagen.
¿Cómo quererse a uno mismo?
Desde la perspectiva de la autocompasión, amarse a uno mismo es:
– Abrir el corazón frente a nuestro propio sufrimiento.
– Tratarnos con amabilidad y sin juicios.
– Practicar la aceptación radical de lo que sentimos y somos.
– Actuar de forma incondicional para atender nuestras necesidades y aliviar el dolor.
Es una práctica que integra mente, corazón y acción y que requiere presencia plena para reconocer lo que está ocurriendo y responder con cuidado y apoyo.
Frases para quererse a uno mismo
– “Me trato con la misma bondad con la que trataría a alguien que amo.”
– “Mi valor no depende de mis logros ni de la aprobación de otros.”
– “Es humano cometer errores; merezco comprensión y cuidado.”
– “Puedo ser mi refugio en los momentos difíciles.”
– “Me acompaño con paciencia mientras atravieso mi dolor.”
– “Un mal momento no define mi vida; una mala acción no define quién soy”
Ejercicios para quererse a uno mismo
1. Meditación de autocompasión
Dedica unos minutos a sentarte en silencio, respirando profundo, y practica la meditación Metta para el cultivo de la bondad amorosa.
2. Carta de comprensión
Escríbete una carta como lo haría un amigo que te quiere: reconociendo tus dificultades y recordándote tu valor.
3. Pausa compasiva
Cada vez que notes autocrítica, detente, respira y pregúntate: “¿Qué me ayudaría en este momento para sentirme mejor?”. Suelta el diálogo interno nocivo y permítete hacer lo que es útil, ayudándote en el momento difícil.
4. Gestos de cuidado diario
Incluye en tu rutina pequeñas acciones que nutran tu bienestar: descansar lo suficiente, alimentarte bien, disfrutar de un momento de silencio o naturaleza, etc.
Si te sientes identificada o identificado y quieres hacer una consulta on-line conmigo, contacta conmigo
¡Gracias!
Como siempre tus escritos me gustan mucho, me cuestionan, me estimulan a profundizar mas acerca de mi misma. Muchas gracias.
Muchas gracias a ti, Consuelo, por leer y por tu práctica. Un abrazo.