A menudo en mi consulta recibo personas que desean entender sus contradicciones internas. ¿Por qué pienso de una manera y actúo de otra? ¿Por qué hago cosas que no me gustan? ¿Por qué me juzgo duramente por hacer ciertas cosas que me dan placer? son algunas preguntas que se formulan. Considero muy útil para reflexionar y entendernos cuando internamente no nos encontramos coherentes, pensar nuestro ser como múltiple, como dividido y con diversos personajes internos.

Me parece interesante pensar que las personas por dentro tenemos, metafóricamente hablando, un teatro en donde actúan varios personajes. Así, en nuestra vida y en nuestras relaciones, algunas veces unos de esos personajes aparecen más, toman más el mando, y otras veces tienen más protagonismo otros. A veces un personaje irrumpe sin que lo queramos, o simplemente nos ubicamos desde ahí de manera automática para enfrentar situaciones determinadas. El psicoanalista C.G. Jung describió esto que estoy queriendo retratar aquí como teatro interno en términos de arquetipos. Según Jung, los seres humanos compartimos un Inconsciente Colectivo, un fondo común de reacciones y representaciones del mundo que nos acompaña desde el nacimiento. De esto derivan unos modelos del ser que nos son comunes, unas formas de ser y de estar que son prototípicas de la especie; a estas les llamamos Arquetipos. Por ejemplo, algunos personajes arquetípicos femeninos son: La madre, la puta, la niña, la anciana, la mujer fatal/vampiresa, la loca, la mendigo, la guerrera, la jueza, la chismosa, la esposa abnegada, la monja, entre otros. Algunos arquetipos masculinos serían: El niño, el padre, el don Juan, el Peter Pan, el chico de la calle, el guerrero, el bandido astuto, el mártir, el anciano sabio, el rey, el asceta, entre otros.

Es probable que sólo mencionarlos aquí ya te haya traído a la mente imágenes claras, que sepas inmediatamente de qué personaje habla cada uno. O es probable que identifiques en tu entorno gente que “se comporta como una loca” o a la que has descrito alguna vez como “un don juan”, por ejemplo, lo que significa que esos personajes en ellas en ese momento quizá llevaban bastante la batuta. También es probable que algunas te causen más simpatía que otras o que algunas te causen reacciones fuertes sólo leerlas (por ejemplo, esto pasa a mujeres muy independientes al oír “esposa abnegada”, o a mujeres muy estructuradas al oír “puta”,  a hombres liberales al oír “asceta” o a hombres que están en la ley al oír “Hombre infiel”, etc.). No obstante, aunque creamos tener más afinidad con unos que con otros, Jung sostiene que al hacer parte de nuestro inconsciente colectivo, todos compartimos arquetipos. En este sentido, todas las mujeres tenemos nuestra parte puta, nuestra parte madre, nuestra parte niña, y etc. y hasta el hombre más santo tiene su parte de bandido. Evidentemente, esos personajes están disponibles no sólo a través de la vivencia y de nuestra historia personal, es decir, no hace falta que yo haya sido monja para que este personaje esté muy vivo en mí, o al contrario, esté totalmente censurado.

Muchas de estas partes pueden ser contradictorias y relacionarse entre sí de diversos modos, en esto radica en parte nuestra complejidad humana y la riqueza de quienes somos por dentro. Nuestras luchas internas, pues, pueden ser comprendidas desde esta perspectiva como luchas entre personajes. Conocer nuestros personajes internos es muy útil para entendernos y también para decidir cursos de acción, reconociendo los personajes que están en juego y escogiendo desde un lugar más neutral cómo actuar. ¿Cuáles son tus personajes con mayor protagonismo? ¿Y cuáles los personajes que tienes acallados y no te gustan mucho? ¿Qué relaciones hay entre tus personajes? ¿Cuáles son aliados entre sí y cuáles enemigos? ¿Qué personajes son más sabios, más neutros, más sensatos? ¿Qué relaciones de colaboración entre personajes te gustaría desarrollar para incrementar tu bienestar? Estas preguntas pueden ayudarte a comenzar la riquísima exploración de todo lo que eres; recuerda que cada parte tiene su razón de ser, su utilidad y su belleza.

Si quieres recibir en tu correo nuevos artículos de psicología con esencia budista con herramientas prácticas, puedes suscribirte a mi newsletter aquí:

Si te sientes identificada o identificado y quieres hacer una consulta on-line conmigo, contacta conmigo.

¡Gracias!

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies