La vida es sueño

Calderón de la Barca

Me resulta altamente fascinante la manera en que las personas -a pesar de los ya años de ciencia y desarrollo que lo contradicen- seguimos insistiendo en la objetividad de la realidad. En mi terapia hay personas que aún reaccionan como si fuese una gran revelación cuando por algún motivo pueden atrapar qué tanto viven en su mente y qué tan poco de eso que creen externo y compartido lo es realmente sin la interpretación y el velo de la propia percepción. Darse cuenta que la vida es sueño es un paso hermoso dentro del proceso de individuación, pero realmente entender que no se trata del sueño de un soñante externo en el que participamos todos (dios, por ejemplo) sino del sueño de uno mismo, eso es un verdadero cambio de conciencia.

A esta ilusión de la existencia se ha aludido en múltiples tradiciones de diversas maneras: los nativos americanos le llamaban “the dream” (el sueño), los budistas le llaman sencillamente “ilusión” y más  más recientemente se le ha llamado Matrix, no obstante, ninguna de estas acepciones consigue atrapar tan bien el hecho de que vivimos en nuestra propia mente y sus proyecciones como el concepto de Túnel de Realidad acuñado por el brillante pensador Robert Anton Wilson (RAW). RAW fué un escritor y psicólogo que hizo grandes contribuciones al pensamiento político conspiracionista y a la comprensión del ocultismo y las religiones dentro de la naturaleza humana.

Para RAW, lo que somos por naturaleza es nuestros túneles de realidad, es decir, somos la manera única y particular en que configuramos la realidad y nos movemos en ella. Los hechos del mundo se encajan en nuestro túnel de realidad en la medida en que este lo permita. Entre más amplio es nuestro túnel, mayor capacidad de aceptación y comprensión de diversas realidades y hechos. La expansión de la conciencia, por ende, no es otra cosa que la apertura del propio túnel de realidad y el conocimiento de que cada una de las otras personas con las que nos topamos en la vida tiene el suyo propio. Sí, todos vivimos en realidades diferentes, aún más, la modificación de la propia conciencia tiene por resultado que uno viva también nuevas realidades: la modificación de la conciencia es la modificación de la realidad. “Tú eres el maestro que hace el pasto verde” dice la ciencia yóguica. Si hay verdad alguna, es la verdad interior, unipersonal, pues el observador es altamente relevante en el assesment de esta. La Matrix no está fuera, ¡está dentro!

Si nuestro aparato perceptivo está lleno de sesgos, prejuicios y turbación emocional, nuestra realidad es muy limitada. Afinarlo mediante prácticas que permitan aquietar la mente y las emociones es el primer paso para tener una experiencia vital abierta, permeable, más libre en general, pero sobre todo, más libre de sufrimiento. Esta manera de mirar nuestra naturaleza, probablemente permita que nos relacionemos de una manera diferente con nuestro ímpetu a tener la razón en las discusiones con otros y con la aceptación de los infinitos modos de vivir y de percibir que representa cada ser humano. Notar que vivimos en nuestro túnel de realidad, puede animarnos al despertar y a la expansión de la conciencia. Os deseo que así sea.

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